“La animación es un medio perfecto para contar historias y hacer arte”

Publicado: 29 / 06 /2023


Foto Cris Sille
Foto: Cris Sille

La posibilidad de combinar su amor por la escultura y la pintura con las ganas de contar historias la llevó a involucrarse en una técnica que se remonta a los orígenes del cine: el stop motion, es decir el arte de darle vida a objetos estáticos por medio de una serie de imágenes fijas sucesivas.

Con esta idea en mente, Magdalena Osinska, nacida en Polonia hace 40 años, logró entrar a Aardman, el estudio británico mundialmente conocido por sus animaciones fotograma a fotograma hechas con arcilla o plastilina. Luego de ganar varios premios por sus distintas creaciones, entre ellas varias publicidades, en donde tuvo la oportunidad de dirigir a dos personajes inolvidables como “Wallace y Gromit”, le tocó el turno de meterse con otro clásico.

Recientemente, fue la encargada de sellar un encuentro entre este sutil y divertido estilo de animar con un universo que no para de expandirse, el de la Guerra de las Galaxias, al ser la directora de “Soy tu madre”, uno de los episodios del volumen 2 de “Star Wars visions”, la serie disponible en la plataforma Disney Plus. Allí, combinó stop motion con animación generada por computadora en un capítulo protagonizado por la joven estudiante de la academia de pilotos, Anni, y su madre Kalina, que se ven involucradas en una carrera de familias. El capítulo fue estrenado el pasado 4 de mayo y alcanzó repercusión internacional.

De visita por el país -en donde dio una clase magistral en la 6ta edición del Stop Motion Our Fest (SMOF), que se realizó en Buenos Aires entre el 20 y el 26 de junio- Osinska conversó con Télam sobre la importancia de la animación y sobre su trabajo. .

Foto Cris Sille
Foto: Cris Sille

-¿Qué te parece lo que pudiste ver en el festival hasta ahora?
– No hay tantos festivales solo de stop motion en Europa. Mirando la selección internacional y nacional, hay muy buen nivel, se hace un montón de animación stop motion de calidad, de diverso tipo y calidad. Me llamó la atención la película basada en la experiencia de las mujeres indígenas. (Se refiere a “T´tipaqkuna kullakitas”, la experiencia de cine comunitario dirigido por Sofía Quiros -de Argentina- y el chileno Daniel Canto, proyectada en el cine Gaumont en la inauguración del Festival). Claro que no entendí todo ya que estaba en español pero pude comprender que ellas eran usadas por alguna gente para trabajar a destajo pero encontraron esa asociación de mujeres indígenas que las ayudaron. Después de la proyección subieron al escenario, fue muy emocionante. Es muy bueno que Paola (Becco, la organizadora del Festival) seleccione películas así y que haya invitado a la inauguración del festival a esas mujeres. La gente las vitoreó porque creo que conocían la historia detrás eso, fue genial.

-¿Qué opinas de lo que dijo Guillermo del Toro, que cuando ganó el Oscar por “Pinocho” dijo que “la animación es cine, no es un género” y que “está para llegar al siguiente nivel”?
-Es fantástico lo que hace por la animación. Como es un director tan reconocido, la gente lo escucha. Me siento muy identificada con lo que dijo, de que es una forma artística de contar historias, es genial. La animación que no necesariamente es para chicos, es una sorprendemente forma de arte. Al mismo tiempo pienso que la animación para chicos es muy importante, deberíamos hacerlo aún mejor, son el futuro, debería haber espacio para las dos, para adultos y para chicos. A veces, lo decepcionante es que las películas para chicos son tratadas como poco importantes. Deberíamos crear muy buenas cosas para ellos.

-¿Cómo te volcaste a la animación y al stop motion puntualmente?
-Para empezar, siempre me gustó la escultura. Cuando iba a la Escuela de Arte en Varsovia, entre los 14 y los 19 años, ya me encantaba la escultura y pintar. En mi último año creo que me excedí pintando y esculpiendo de más, porque siempre me imaginé que iba a ir a una academia de arte, quería ser escultora y pintora. A la vez, crecí con las historias de mi padre y de mi abuela. A los dos les encantaba contar historias de sus vidas. Mi padre, sobre el comunismo y sobre dónde creció. Mi abuela, sobre la Segunda Guerra Mundial y su experiencia. Siempre me gustaron las historias.

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Foto: Cris Sille

-¿Las historias realistas?
-Sí, pero también a veces de fantasías. Mi padre tenía esa cosa de que me leía de chica un montón de libros historias de brujas y de miedo. Recuerdo que me asustaba y seguía leyendo. (Se ríe) Eran historias oscuras. Volviendo al último año de la escuela de arte, recuerdo que había hecho tanto de eso, me excedí, quería algo más, quería desafiarme más a mi misma. Decidí que la animación era un medio perfecto para combinar el hecho de contar historias con hacer arte. Mi primera película,  “El armario de Zbigniev”, que es la que hice cuando era estudiante con una cámara de 35 milímetros, intenté combinar escultura con arcilla con los fondos pintados. Sentí que podía contar historias y hacer mis disciplinas artísticas favoritas.

Una publicidad con “Wallace & Gromit”dirigida por Magdalena Osinska

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-¿Y qué recordás de tus primeros acercamientos a la animación, siendo una niña?
-Tenemos un montón de stop motion en Polonia, mayormente del estudio Se-Ma-For,  como Los Moomin, una idea finlandesa hecha en Polonia o el osito Miś Uszatek.

-¿También de otros países de Europa del Este?
-¡Si!, como Krtek, el topo, de Checoslovaquia. O cosas que venían de la URSS, como Cheburashka o la del conejo y el lobo (se refiere a “Nu pagadi” o “Me las pagarás”).

-¿La animación de occidente cuándo te llegó?
-Cuando tenía 10 o 11 años, bastante tarde. Tenía un VHS de Hanna Barbera que veía una y otra vez, donde aparecían los Picapiedras, los Supersónicos y Scooby Doo (conocida en latinoamérica como “Misterio a la orden”), que era mi favorita porque me daba un poco de miedo.

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Foto: prensa

-¿Y cuándo descubriste Aardman?
-Bastante tarde, cuando tenía 19, 20 años vi “Wallace y Gromit”. Recuerdo verlo obsesivamente cuando empecé a estudiar en la Escuela de Cine de Lodz, en Polonia. Recuerdo mirarlo, también “Purple and brown”, con su timing perfecto y humor ridículo. Me encanta esa simplicidad. Y “Chicken Run” (“Pollitos en fuga”). Los veía y paraba todo el tiempo para analizar cómo habían hecho los fondos, la animación. Lo amé. En medio de mis estudios hice un curso de animación,que era una colaboración entre Bristol University y Aardman. Vino Peter Lord, el fundador del estudio, y dio sus charlas. Fuimos a los estudios un par de veces. Mi mamá, que es la inspiración para “Soy tu madre”, me visitó. Le dije que me encantaría trabajar acá pero creo que nunca va a pasar, pero ella como el maestro Yoda me dijo si crees que en vos va a pasar, entonces dije “OK, mi madre sabe todo”. Entonces seguí andando y me fui a estudiar a la National Film and Television School de Londres. En la graduación conocí a David Sproxton, cofundador de Aardman, que le gustó mi film, “El armario de Zbigniev”, que era bastante oscuro. Me llevó un año después de graduarme empezar a trabajar en Aardman.

Magdalena Osinska y algunos de sus trabajos

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-¿Cómo nace la inspiración para la creación de los personajes?
-Encuentro el proceso más fácil cuando pienso en personajes y voy directo a alguien que conozco muy bien. Es la referencia perfecta, ya sé cómo puede ser la psicología, conozco todo, lo bueno y malo, las motivaciones, por qué hacen las cosas y cuáles son los manierismos, cómo se mueven. Mejora mucho en la performance si podés encontrar pequeñas cosas, lo hace más auténtico, más creíble. Mi familia es mi más grande inspiración. Con los relatos de mi padre hice mi primera película de la que te hablé, con lo que me contaba mi abuela estoy haciendo mi largometraje, “Jasia”.

El stop motion es el arte de darle vida a objetos estáticos por medio de una serie de imágenes fijas sucesivas.

-¿Cómo nació “Soy tu madre”?
-Cuando me enteré que Lucasfilm (el estudio creado por George Lucas, director de “La Guerra de las Galaxias”) querían hacer un capítulo “Star wars se encuentra con Aardman”, tenía un par de días para crear algo. Sólo conocía la línea de “yo soy tu padre”, fue lo primero que me vino a la cabeza. Soy mamá ahora, tengo un hijo de seis años, me comparo con mi mamá, que hizo un sorprendente trabajo al criarme. Estoy segura que mi hijo va  ha estar avergonzado en un punto, es dulce pero ya me corrige el acento, porque tengo un acento muy fuerte, me dice ”oh mamá así no se dice en ingles”

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-¿Qué tal la repercusión?
-Fue sorprendente. La primera proyección fue en la “Star Wars Celebration”, que se hizo en Londres. Hicieron un panel de discusión donde conocí por primera vez a todos los demás directores. Todos brillantes y los films también. No sabíamos demasiado de lo que estaban haciendo los otros. La gente de Lucasfilm decidió sólo proyectar el mío después del panel. Había unos 2.500 fanáticos. Fue increíble verlo con ellos y sentir sus exclamaciones, sus risas. Lo sentí en mis huesos. Fue muy emocionante, nunca experimenté algo así. Fue hermoso. La producción puede ser dura pero esto hace que se justifique. Sabía que mucha gente lo iba a disfrutar, es lo que quiero para mis obras, que la gente las vea. Pero también a la vez, la presión era muy grande. Me preguntaba si les gustaría. Por suerte fue muy bien recibida. Escuchamos que se siente muy Star Wars, por todos los detalles, la máscara de mandaloriano, las naves, los personajes.

-¿Tuviste alguna exigencia a la hora de crear tu episodio?
-No usar las espadas láser, alguien lo dijo. No sé si de Aardman o Lucasfilm. Es en lo primero que pensás cuando se habla de Star Wars, queres hacer algo con eso. Fue una buena limitación, de otra manera era muy libre, no hubo hacé esto o lo otro.

-El robot perro nos hace acordar a R2D2 (“Arturito”) pero también al de Toy Story, el perro salchicha de juguete con un resorte, Slinky.
-¡Es cierto! No lo tomé como modelo, ahora siento que no es tan original (risas)

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-La relación de Anni con su madre no es la única que se relata, también está la otra niña con su madre, que quieren ganar a toda costa.
-¡Hay padres muy competitivos! Todo basado en esta tradición absurda, que es como la de hacer crecer vegetales gigantescos (como en “Wallace y Gromit: la batalla de los vegetales”) o como la competencia en la escuela en la que participan los padres. Se ponen hipercompetitivos y hasta se ponen vulgares.

-Haces un doble sentido de los alienígenas como inmigrantes (en inglés se usa la misma palabra, alien)
-En Star Wars hay gente de todos los planetas pero casi nunca los alienígenas son los protagonistas. Cuando me mudé al Reino Unido, cuando mi madre llegaba no hablaba inglés, se producía una situación parecida.

-¿Qué dijo tu madre cuándo lo vió?
-Le encantó, estaba en el público cuando se proyectó en Londres. Cuando dije que mi mamá estaba en el lugar, la multitud la aplaudió, luego la felicitaron y la abrazaron, fue increíble.





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